La carta astral, o la carta natal, es el mapa del cielo en el momento exacto de tu nacimiento. Es como mirar la foto del cuerpo energético que te vistió al nacer.

Yo comencé a aprender astrología a través de la partería ancestral… si, así como lo lees, porque la primera carta astral que se leía antiguamente, y que aún hoy se sigue leyendo desde diferentes tradiciones de origen, es la placenta. Ella nace en el momento exacto en el que decidimos tomar la vida en este cuerpo, en este medio aéreo, en esta Tierra. Y en ese momento exacto, ella se entrega y deja de latir, para ser recordado. Ella es testigo de la energía disponible del cosmos en el momento de tu nacimiento, pero también de todo lo que te nutrió y alimentó durante tu gestación.

Hoy en día, muchos somos los que no sabemos dónde se encuentra nuestra placenta o que fue de ella… Lo bueno, es que esto está cambiando y cada vez más personas tomamos conciencia de la importancia de la placenta. Lo mejor: hay otras vías para acceder a esta información de origen y, una de ellas, es a través de una de las ciencias más antiguas de la humanidad, la astrología.